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jueves, 31 de diciembre de 2015

Libros incorporados a mi estantería en 2015.



En esta entrada voy a subir los libros que he conseguido este año con sus sinopsis (si no son continuaciones) para hacer un recuento de como me ha ido el año con mi pequeña afición literaria.

LISTADO


miércoles, 30 de diciembre de 2015

¿Los portadas de los libros juveniles actuales son para chicos o chicas?




Voy a empezar aclarando que no creo que haya una predesposición porque alguien de un género u otro lea este tipo de libros, es como la edad. Pero sí quiero hablar de este tema basándome en las portadas y en mi propia experiencia lectora que a día de hoy creo que es suficiente para poder hablar sobre este punto.






martes, 29 de diciembre de 2015

Reseña: La aprendiz y El Gran Lord (Crónicas del mago negro #2 y #3).



FICHA TÉCNICA.






Nombre: La aprendiz y El gran lord.

Autor/a: Trudi Canavan.

Editorial: DEBOLS!LLO.

Número de páginas: 560 y 616.

Precio: 14´95€


SINOPSIS.


"No `pongo la sinopsis ya que haría spoiler. Les dejo el enlace al primer libro donde viene la sinopsis inicial de la trilogía.
ENLACE: El Gremio de los Magos."



sábado, 5 de diciembre de 2015

Novela en Wattpad.



Sé que no escribo ya aquí pero es que estoy muy ocupada con una nueva novela en wattpad. Para quien quiera leerla dejo aquí el prólogo y el enlace a los demás capítulos, aun llevo poco pero espero que os animéis a leerla.


PÓLOGO.

No recuerdo su nombre, ni su cara, pero sí esa risa. A veces me pregunto cómo puedo amar a quien que no recuerdo en absoluto pero que sé que estuvo allí.
Maldigo el día en el que dije que ojalá se fuera, que tuve esa estúpida pelea con ella y que me fui a la cama sin besarla una última vez ese día. Por la mañana nadie sabía quién era y yo no supe decir su nombre que me quemaba en la garganta, que endemoniaba mis pensamientos. Supe que allí había habido alguien, que compartí mi vida y esa chica que no recuerdo me amaba tanto como yo la sigo amando ahora que todo desapareció con su marcha.
No sé qué será de mí, de mi corazón ahora que late sin motivo, sin sentimientos. Todos dicen que fue un sueño, que las ninfas entraron en mi cabeza, que las musas dibujaron en mi mente un ser celestial que era imposible de alcanzar. Pero yo sé que no estoy loco y que recuerdo su risa nerviosa cada vez que íbamos de la mano y pasaban los niños soltando palabras románticas y vergonzosas sobre nosotros. También recuerdo que su mirada brillaba con más fuerza que el sol de invierno, pero el color de sus ojos se me resiste. Su pelo es un sinfín de tela de terciopelo, que igual era liso o rizado según la mañana, si se había dado una ducha o si se había despertado y quedado en la cama dando vueltas intentando conciliar el sueño de nuevo.
Está bien, no recuerdo a la chica de mis sueños, pero recuerdo lo que me hacía sentir y eso jamás lo olvidaré.
Ahora más que nunca voy a encontrarla, aunque tenga que atravesar la tundra helada o el desierto abrasador. Me da igual, el amor es lo único que tengo y por eso seguiré mi sueño hasta el fin del mundo si hace falta.
Prepárate, te voy a encontrar de nuevo y seremos felices una vez más.




ENLACE: Recuérdame.








jueves, 15 de octubre de 2015

Reseña: El Gremio de los Magos (Crónicas del mago negro #1).



FICHA TÉCNICA.






Nombre: El gremio de los magos.

Autor/a: Trudi Canavan.

Editorial: DELBOLS!LLO

Número de páginas: 436.

Precio: 14´95€








SINOPSIS.


"Cada año los magos de Imardin se reúnen para vaciar las calles de la ciudad de vagabundos, pícaros y maleantes. Son maestros en las diversas disciplinas de la magia, y saben que nadie puede opnérseles. Pero su escudo protecto no es tan impenetrable como creen. Porque Sonea, una joven de la calle, está furiosa tras ver que su familia y sus amigos vana ser expulsados de la ciudad. Toda la rabia acumulada por años de injusticia va concentrada en una piedra que Sonea lanza contra las fuerzas del orden. Para sorpresa de todos, la piedra atraviesa la barrera invisible y derriba a uno de los magos. El peor de los temores del gremio se hahecho realidad: hay un mago sin educar en las calles. ¡Un mago fuera de la nobleza! Deben encontrar a Sonea cuanto antes, porque se trata de una persona con un poder enorme que, descontrolado, representa una amenaza tanto para quien lo posee como para el resto de la ciudad."



martes, 22 de septiembre de 2015

Reseña: Niyura: La Corona de los Elfos.



FICHA TÉCNICA.






   Nombre: "Niyura: la corona de los elfos"

   Autor/a: Jenny-Mai Nuyen.

   Editorial: Alfaguara.

   Número de páginas: 656.

   Precio: 18´95€







SINOPSIS.


"Nill se encuentra entre dos mundos, el de los elfos y el de los humanos, y en medio de un terrible conflicto sobre la corona mágica de los elfos. Por primera vez, la corona ha caído en manos de un rey humano, y éste, obsesionado por el poder, la usará para destruir y explotar a sus súbditos. La única que puede enfrentarse a él es Nill. Ayudada por unos cuantos fieles y valientes compañeros, se convertirá en la pieza clave de la lucha por la supervivencia de los elfos."


sábado, 15 de agosto de 2015

Reseña: Mil Lugares Donde Encontrarte.



FICHA TÉCNICA.




             Nombre: Cruzando los límites.

             Autor/a: Claudia Gray.

             Editorial: Montena.

             Número de páginas: 365.

             Precio: 16´95€








SINOPSIS.



"Los padres de Marguerite Caine son genios de la física que por fin han podido demostrar la existencia de mundos alternativos: han inventado el Firebird, un colgante que permite saltar de una realidad a otra. Un día, el padre de Marguerite aparece muerto. El asesino, su joven y enigmático ayudante, Paul Markov, huye a otra dimensión con los datos de la investigación y el prototipo del Firebird. Marguerite no puede permitir que escape de la justicia, e iniciará su persecución a través de mundos cada vez más distintos al nuestro: un Nueva York futurista, la vieja Rusia imperial, una ciudad bajo el océano... Cada vez que Marguerite encuentra a Paul, duda de que sea realmente el culpable de la muerte de su padre y comienza a sospechar que el destino está enlazando sus vidas. ¿Pero puede confiar en Paul o su historia de amor está destinada a terminar siempre en traición?"




¡He vuelto!



Después de haber estado tanto tiempo fuera, tengo unas cuantas reseñas que hacer. Estas semanas he leído mucho, incluso me he quedado sin los libros que me había llevado para leer. Realmente lo he pasado muy mal cuando en una semana me acabé los tres libros, pero de nuevo en casa me dispongo a leer todo lo posible antes de volver a las clases y las practicas.
Bueno, me despido y me veréis pronto publicar las nuevas reseñas.



martes, 14 de julio de 2015

Cese de entradas en verano.



Como bien dice el título, el blog está bastante desierto. Al ser verano apenas cojo el ordenador y es donde escribo en blogger. Con esto quiero avisar que cuando pueda, cuando acaben las vacaciones seguramente, volveré con unas cuantas reseñas de los libros que he estado leyendo este verano.
Espero que lo entendáis, no estoy dejando mi pequeño rincón solo que no tengo tiempo para subir nada de provecho. 
Pasad unas buenas vacaciones de verano, nos leemos prontos.

Sam.



viernes, 26 de junio de 2015

¿Una ayudita?


Hola fieles lectores. Actualmente estoy participando en un concurso por Facebook donde el ganador se lleverá la saga de "La selección". Lamentablemente me he enterado muy tarde del concurso y apenas albergo una pizca de esperanza para conseguirlo. Por eso he decidido pedir ayuda y hacer un poco de Spam en mis redes sociales y así intentar conseguir votos antes del 28 de este mes. Para votar solo hay que tener Facebook y darle a un botón, no es difícil pero apenas conozco gente que tenga esta red social, por lo que si tenéis amigos que me puedan ayudar o vosotros mismos podéis os lo agradecería mucho. 
A cualquiera que le dé al voto gracias, muchas gracias por ayudarme en esta lucha contra corriente. 




martes, 9 de junio de 2015

Fragmento "Oro Plateado".




Ya que no estoy subiendo nada estos días voy a compartir con vosotros un fragmento del motivo por el que el blog está tan parado.
Aquí tenéis un pedacito de mi historia que espero que os guste.


"Llegó al centro del lago donde Connor movía con habilidad sus brazos para mantenerse a flote. Ambos se contemplaron durante varios segundos hasta que Connor buceó durante largos segundos hasta que volvió a aparecer con un puñado de piedras brillantes en la mano, enseñándoselas a Naiel.
–¿Qué son...? –preguntó este en voz baja. Eran piedras de todos los colores y formas. Le parecieron preciosas a pesar de que no tendríanningún valor en el mercado si alguien decidía venderlas. Aun así, dudaba que hubieran llegado de casualidad al fondo del lago.
–Almas –respondió Connor mirando las piedrecitas antes de soltarlas en el agua–. Almas cristalizadas viviendo para siempre.
–Esos son cuentos de hadas...
Connor negó sonriendo y extendió sus brazos abarcando el lago. Sus alas flotaban en la superficie como dos mantos negros."


Pd: Mi próxima reseña será de una trilogía al completo. Intentaré subir las trilogías/sagas de esta manera para no llenar el blog de reseñas.



lunes, 25 de mayo de 2015

Prólogo. "Oro Plateado"





La oscuridad invadía todo salvo los pequeños faroles de luz de luna colocados en las paredes de piedra rota de la Ciudadela. Todos los presentes esperaban ansiosos el gran momento. Era un sitio enorme, con distintos asientos hechos con la propia piedra de las paredes. Estaban en la sala de ceremonias, donde una muy especial tendría lugar esa noche de luna llena. Poco a poco la sala se fue llenando con los invitados y protagonistas de esa reunión. Sus trajes de bóveda celeste brillaban con la luz de los faroles, llamas completamente blancas que no quemaban ni desprendían humo. Todos ellos tenían la misma característica que hacía de esas personas seres de belleza sin igual. Su piel perlada estaba cubierta por el frío de la noche. Sus ropajes eran túnicas de un color azul oscuro adornado con cuentas que lucían como las estrellas, pero esto no era lo más singular de los habitantes de la Ciudadela. Todos ellos tenían alas, unas enormes alas plegadas del color del carbón con un toque dorado en las puntas como si las hubieran pintado a mano, pluma a pluma, dejando una apariencia totalmente angelical a pesar de los colores oscuros de sus plumajes.
Se fueron sentando en el pabellón, formando un semicírculo a tres metros de altura de donde estaba el altar con un gran recipiente dorado con dibujos de hojas de salvia, unas pequeñas hojas de forma oblonga y pecio pelada, con un color verde grisáceo que combinaba a la perfección con el color dorado antiguo de lo que parecía estar hecho el recipiente que contenía un líquido reflectante en el fondo, donde se podían ver las estrellas del techo desnudo de estructura.
El bullicio empezaba a notarse, allí había gente de todas las edades preparados para dar la bienvenida al nuevo ser que se criaría entre ellos y sería uno más. Un nacimiento siempre era motivo de celebración, salvo cuando uno de los invitados era un niño de pelo castaño y ojos de un color pardo que parecían mucho más oscuros en esa estancia. Tenía tres años, estaba andando por el pabellón, cerca del altar escapándose de los guardias mientras reía. Tenía mucha energía, pero solo estaba entorpeciendo los preparativos. El Líder aun no había llegado, por lo que no surgía ningún problema porque estuviera allí, pero tenían que cazarlo antes de que hiciera algún número. Lo peor de todo eso no era exactamente el jovenzuelo, sino el coro de niños que se había formado desde lo alto, en los asientos, siguiéndole el juego.
Ya desde pequeño, Connor, mostraba una fuerza increíble. Su inteligencia era mucho mayor que la de un niño de su edad y alguna vez había cazado seres que se escondían en las sombras de la Ciudadela. Era uno de los que podría tener un alto cargo si manejaba esa diversión que podría ser perjudicial para su salud. Nada bueno se quedaba sin su consecuencia. Todos los allí presentes, los Seelen, eran seres de piel clara y ojos oscuros y brillantes como el cielo sin astros, pero ese niño tenía los ojos tan humanos como si fuera tal ser. Tenía las alas mucho mas formadas que un Seele niño, de un negro que parecía un pozo sin fondo y los matices más brillantes que se podía ver en aquella sala. Su rasgo principal era que sabía volar mejor que ningún niño y eso ocasionaba problemas a los guardias que no podían extender sus alas por la ceremonia y porque pondrían en alerta a los demás seres que estaban reunidos allí.
Connor reía mientras volaba a un metro de altura, esquivando columnas de piedra envejecida y con restos de plantas fosilizadas de otra época. Le gustaba burlarse de todos siendo más pequeño. Nunca se había sentido sólo, tenía todo lo que deseaba, incluso lo que no. Una mujer logró cogerle y lo apretó contra su pecho haciendo que una de sus alas quedara doblada de una forma extraña lo que le hizo perder varias plumas con su plumón aún. Soltó un quejido y varios en la sala se alteraron al ver que el niño lloraba por su prisión. Le cambiaron de brazos y sintió un corazón tranquilizador contra su cabeza. Sujetó la tela azul oscura de su madre, una mujer joven, bella de cabello negro azulado. A su lado estaba su padre con una luz tan brillante como un rayo de sol entre las manos, le sonreía. El hombre parecía tener la misma edad que la mujer, tenía el pelo oscuro y rasgos marcados, además de unos bonitos ojos alabastro que brillaban con la luz de sus manos.
–Ya está, Connor. Ahora tienes que portarte bien, vamos a tener a tu hermanita –explicó la voz de Wedia, su madre y quien acariciaba su pelo con tranquilidad–. No llores más, mi bebé.
Connor miró a su madre y asintió mientras sollozaba y se sentía más protegido estando así y parecía que ya nadie hablaba en la sala. La ceremonia iba a empezar, muchos ya observaban la puerta de madera y metal por donde aparecería el Líder para dar paso a la ceremonia, pero el niño no se iba a quedar quiero. Se inclinó para ver la luz que tenía su padre y la señaló.
–¿Hermanita?
Sus padres asistieron. Iban a crear un bebé Seele con esa pequeña luz que habían conseguido. Un Seele se creaba con un alma humana, normalmente eran de colores, pero ellos habían conseguido una blanca, por eso no habían dudado al querer tener otro hijo y así cubrían su cupo. Cada pareja podía tener dos hijos, ya que la ceremonia tenía lugar con sangre. Una señal de la vida se abría en la palma de la mano dejando salir la sangre que se echaba en el recipiente de líquido extraño y oloroso. Luego se quitaban una pluma el uno al otro para crear el cuerpo y sangre. El alma humana era la clave para unir todo y dar conciencia al nuevo Seele.
Los padres de Connor ya tenían una señal, tenían la posibilidad de tener un hijo más y eso era lo que se celebraba ese día. Cuando la puerta de madera y metal se abrió todos quedaron en silencio y sólo se movió Wedia que dejó a su hijo en el suelo y le indicó que sujetara su traje. El Líder apareció para todos. Sus alas tenían muchas canas blancas, pero conservaban plumas negras. Tenía el pelo de un rubio pálido por el envejecimiento y debajo de sus ojos varios surcos de ojeras y rastros de la edad. Su vestimenta era dorada, mostrando su poder.
Con paso lento y pausado se colocó frente al altar y miró directamente a los ojos a la pareja joven.
–Wedia y Julians, hace tres años que no os veía –comentó en tono bonachón. Eso hizo que Connor tirara de la ropa de su madre nervioso mientras notaba que las profundas cuencas de dirigían a él–. Estás muy grande..., esto...
–Connor, se llama Connor Elian Wikens –susurró el padre del niño.
–Eso es, Connor –continuó–. Bien, señores Wikens. He mirado vuestros historiales y dado que habéis creado antes a un ser como Connor, tenéis la bendición de Él para tener un nuevo retoño.
Los padres del niño se miraron entre sí. No le gustaba que hablaran de su hijo como un objeto. Estaba vivo y tenía sentimientos, aunque por suerte no entendía todo aún, o es era su esperanza. Volvieron a mirar al Líder y asistieron como debían hacerlo en la ceremonia. Todos los presentes se levantaron de sus asientos y segundos después música, un cántico de vida que traía consigo una protección para el futuro bebé. Los Seelen no sabían tocar instrumentos porque usaban sus voces como uno y ,además de las habilidades de batalla, era lo único que tenían ejercitado. Todos aprendían a cantar desde los cuatro años a los catorce cuando debían cambiar a la lucha, por eso ninguno desafinaba.
El Líder sacó una daga curvada, con un brillo añil cuando la luz pasaba por su superficie. El mango estaba cubierto de lazadas y cruces hasta una gran cuenta de oro blanco en forma de pluma que colgaba de una cadena en el extremo. Julians y Wedia levantaron su mano, la que aún no tenía una marca en la palma, y la extendieron hacia el hombre mayor. El niño contempló horrorizado como la piel de sus padres se abría y sangraban grandes gotas que caían sobre el líquido, tiñéndolo de carmesí. Tuvo que apartar la mirada, era algo horrible de ver, pero lo peor era que sus padres tenían que sufrir viendo al otro derramar su sangre.
Cuando el Líder terminó con el cuchillo y se lo tendió a uno de los guardias cogió las manos de la pareja y las unió para mezclar su sangre mientras caían las gotas de color del oro, sin embargo, contra el líquido se volvían rojas, era extraño y nadie sabía muy bien porque pasaba esto, pero luego la sangre dorada teñía las terminaciones de sus plumas negras. El siguiente paso fue doloroso y rápido. Se quitaron una pluma mutuamente y la echaron en el recipiente empezando a crear una forma mientras el líquido comenzaba a flotar como si volara.
Primero fue una esfera, luego se separó por un extremo formando la cabeza, el cuerpo se estiró y los miembros siguieron extendiéndose. Por último las alas envolvieron a la criatura que aún era un líquido. Julians sonrió al ver el cuerpo de su hija frente a él y sujetó el alma con fuerza y cariño mientras la metía en el líquido. Hubo una luz cegadora que calló a todos los presentes y les obligó a cerrar los ojos. Pero hubo uno que no le hizo falta. La luz ascendía desde el borde del recipiente hasta el techo y se escapaba por la abertura. Pero Connor se encontraba en el suelo, su estatura le hacía estar por debajo de la luz y pudo ver como su hermana se formaba. Como una estrella brillaba en su pecho antes de cubrirla con la piel clara. Su pelo de recién nacida era negro y fino, sus alas tan negras como las suyas salvo que su terminación no era dorada, sino del color de la plata.
El niño, ansioso por verla de cerca fue hasta ella volando y la tocó, haciendo que la luz dejara de existir. Y así los dos hermanos quedaron conectados por el contacto de la formación, llevándose un pedazo de cada uno y uniéndolo a su cuerpo.
–Avril –dijo Connor sonriendo–. Hola, hermanita.


¿Os acordáis de esta novela? Ay, la encontré el otro día de nuevo y la estoy corrigiendo. Si alguien quiere leer el prólogo aquí lo tenéis.

Reseña: Luna Llena. (2ª Parte)



FICHA TÉCNICA.





            

               Nombre: Luna llena.

               Autor/a: Rachel Hawthorne.

               Editorial: La factoria de ideas.

               Número de páginas: 256.

               Precio: 16´95€








SINOPSIS.


Lindsey es rebelde e imprudente, quizá porque siempre le han organizado la vida. Sus padres se encuentran entre los miembros más poderosos de los guardianes ocultos, una antigua tribu de licántropos, y hace tiempo que concertaron el compromiso de Lindsey y Connor. La próxima luna llena se acerca, y entonces el compromiso se rá definitivo. No habrá vuelta atrás. Lindsey tendría que estar exultante de felicidad… entonces, ¿por qué no puede dejar de pensar en el atractivo e inquietante Rafe? Cuando la manada es capturada, ella y Rafe tendrán que trabajar juntos para salvarlos. Lindsey tendrá que elegir entre la amistad y el amor verdadero. Pero escuchar a su corazón puede tener consecuencias terribles."


sábado, 23 de mayo de 2015

Reseña: El Encanto del Cuervo.


FICHA TÉCNICA.






             Nombre: El encanto de cuervo.

             Autor/a: María Martínez.

             Editorial: B de blok.

             Número de páginas: 446

             Precio: 16´00€







SINOPSIS.


"A sus diecisiete años, Abby ha experimentado el mayor sufrimiento: su madre ha muerto en un terrible accidente de tráfico al que ella ha sobrevivido. Así, su vida cambia por completo. Acogida por un extraño hombre que dice ser su padre, Abby cree haber encontrado la vida que durante mucho tiempo ha deseado, con amigos, familia, y un lugar al que pertenecer. Pero este nuevo mundo quizá ni sea tan idílico como ella cree. Hay algo en quienes la rodean que le hace desconfiar, la atormentan, cada vez más, terribles pesadillas, y esa sensación de ser observada amenaza con volverla loca. El peligro está aterradoramente cerca y acecha como la sombra de un cuervo en la oscuridad. Todo parece girar en torno al atractivo e irritante Nathan, un chico enigmático junto al que descubrirá la verdad, conocerá el pasado y hará frente a un destino implacable que viene a cobrarse promesas hechas hace siglos."


miércoles, 20 de mayo de 2015

Reseña: Luz de Luna. (1ª Parte)



FICHA TÉCNICA.







                 Nombre: Luz de luna.

                 Autor/a: Rachel Hawthorne.

                 Editorial: Factoría de ideas.

                 Número de páginas: 242.

                 Precio: 16´95€.







SINOPSIS.



"Kayla es la típica adolescente sexi, la belleza norteamericana por excelencia, incapaz de comprender por qué se siente atraída hacia Lucas, un chico distante y de aspecto amenazador. Lucas es peligroso, guapo y además… es un hombre lobo. Como líder de los guardianes ocultos, cambiaformas que se reúnen en lo más recóndito del bosque, ha jurado proteger a los suyos. Pero cuando encuentra a su alma gemela, su amor por ella pone las vidas de todos en riesgo.


Un peligro los amenaza mientras Lucas y Kayla sostienen cada uno su lucha interior: los humanos han descubierto a los guardianes ocultos, y planean su destrucción; entre tanto, Kayla debe elegir entre la vida que ya conoce y el amor que siente con total certeza como su nuevo destino."



Información.



Últimamente no subo casi nada al blog, apenas tengo tiempo e inspiración para dejar aquí unas palabras de las cuales podáis disfrutar.
También he estado pensando mucho en mi blog, en lo que significa para mi y como está estructurado. Creo que me gusta, aunque lo tengo un poco amontonado espero que también os guste a vosotros porque sois importantes para este blog. Bueno, quería deciros que tengo muchos apartados en el blog pero nunca me quedo contenta con lo que hago, siempre aspiro a más y siempre quiero adoptar más posturas con mi blog.
Así que ahora voy a abrir otra etiqueta, donde reseñaré libros que me he leído con anterioridad o que me estoy leyendo ahora. Seguramente se parezca a otros blogs literarios que hagan reseñas, pero por uno más no creo que pase nada. Lamentablemente esto lo quiero hacer para desestresarme tras haber leído un libro y no tener con quién compartir todo lo que he sentido, así que ahora mi blog será el medio perfecto para esto.

Muchas gracias a todos lo que me seguís y apoyáis, intentaré estar más activa a partir de ahora.

Un saludo, Sam.


jueves, 7 de mayo de 2015

Océanos.



Los recuerdos vagan por la mente del pensante como barcos navegan por las aguas bravas del océano. Sin temor, sin duda, naufragan en lo mas profundo del corazón. 
Miles de regalos ocultan en su interior, sin embargo, solo el más habían buceador podrá encontrarlos y solo puede ser uno, un tesoro no puede ser encontrado dos veces. 
Luchas contra las potentes mareas para no estrellarte contra el bello arrecife lleno de corales, tan letales como hermosos coloridos llevan. 
El aire se escapa de tus pulmones, las burbujas suben tus gritos a la superficie como pequeños mensajes de humo. Pero ya es tarde, el agua entró y el tesoro junto a tu corazón quedó varado en el fondo del mar, esperando. 
Los rayos del sol no alcanzan la superficie de la cubierta, no logran calentar la piel que muerta vive por si sola. Por fin el corazón late, late porque debe mover las aguas que lo inundan.
Así crea otra nueva canción, bajo el océano y las olas, yace el amor que espera dormido, a su rescatador.

miércoles, 29 de abril de 2015

Adorables palilleros.


Bueno, esta entrada es un poco para que veáis las cosas tan adorables que se hacen en mi casa.
Tenemos una serie de manualidades diseñadas y personalizadas que hacemos con Goma Eva y mucha imaginación.
Os voy a enseñar dos adorables palilleros que hemos creado hace poco. Estas manualidades las vendemos y creamos para obsequios en distintas celebridades. Las continuación las creaciones:





¿Qué os parecen? 



lunes, 13 de abril de 2015

Adelanto exclusivo: "Cristales de hielo."



Era el invierno más frío hasta la fecha. Todos en el pequeño poblado estaban ocultos en sus madrigueras ocultas entre las grietas de los grandes árboles que gobernaban ese bosque tan peculiar y misterioso. El río se había congelado al principio del invierno y descongelar el agua era una ardua tarea que pocos hacían para sobrevivir. Solo con la llegada de los cachorros decidían que era necesario.
Ese día tres jóvenes dieron a luz sus camadas. Todas tuvieron crías que reflejaban la fuerza y la vitalidad de sus madres, aunque se ocultaban de los visitantes.
Sin embargo, una joven estaba en el borde del río, llorando. Ella había querido traer al mundo a su propia prole, pero no había conseguido engendrar a ningún ser dentro de su vientre. Mientras todos celebraban el nacimiento de los diez retoños, ella lloraba en la orilla del río congelado.
Su cuerpo almacenaba el calor que su pelaje le proporcionaba. La suave cola se enredaba en sus piernas y brazos para dotarla de la temperatura adecuada para poder sobrevivir al clima.
Con las orejas caídas miraba su reflejo en el hielo de la superficie que antes había tenido vida en su interior. Cualquier macho de su especie hubiera dicho que era una joven Vulpin en buen estado. Sus ojos dorados como la miel dejaban ver sus pupilas verticales. Su rostro humano albergaba una cara juvenil. Luego estaba su largo pelo rojizo que caía por su espalda desnudo, aunque su propia piel de zorro la protegía del frío. Apenas una fina banda de tela cubría las partes que le dotaban de su género femenino, partes que tenían en común con los humanos que antiguamente habían existido.
Ella era una Vulpin, una raposa roja y joven. Esta raza tenía rasgos humanos y muchas costumbres de sus antecesores, pero sus genes animales dominaban la mayor parte de su cuerpo y su instinto. Podían tener grandes camadas como los zorros, pero hablaban y sentían vergüenza de su desnudez como los humanos, también andaban a dos patas y vivían en pequeñas comunidades.
Ella solo miraba lo que podría estar en su cuerpo para que no hubiera llevado nada en su interior. Se había apareado con un macho joven que la reclamaba como suya, allí el trato era así en la época de celo y ella estaba tan ilusionada con ser madre que lo demás no le importó.
Escuchó un ruido, un llanto de bebé que no conocía. Luego un olor extraño, tampoco era alguien de su raza. Con la curiosidad y el silencio que tan bien definía a estos seres se acercó y entre los matorrales pudo ver algo magnífico.
Entre mantas manchadas de sangre había una criatura cubierta de un pelaje blanquecino. Ella miró a su alrededor antes de coger al recién nacido y ver una lista negra que le recorría la espalda hasta el final de su pequeño cuerpo.
No podía creerse que una madre hubiera abandonado a su cría, una que tenía sus rasgos y que era muy distinta. Supuso que se trataba de vergüenza y cobardía, un ser así duraría una hora en el bosque a merced de cualquiera.
La raposa acunó al bebé con cariño y se lo colocó cerca del pecho, vio como la criatura quería mamar y se mordió el labio nerviosa. Ella no había sido madre, no podía alimentarla con su leche. Asimismo, aparecer con un bebé que otra había abandonado iba a ser alarmante y vergonzoso para la madre. Pero la joven no iba a abandonar a su pequeña plegaria y se la pegó al pecho antes de poner rumbo al poblado.
Cuando estuvo en el lugar correcto se introdujo por el hueco de un árbol y comprobó que su casa seguía en perfecto estado. Fue rápidamente a la cama y cogió una manta para cubrir al recién nacido. Comprobó que estaba sano y luego vio que se trataba de una hembra, una niña abandonada a su suerte.
Con una palangana de agua tibia limpió a la pequeña hasta que comprobó que efectivamente acababa de nacer y que estaba bien a pesar de haber pasado frío. La envolvió bien y salió de su casa para ir a otra rápidamente. Cuando entró el calor le subió hasta las mejillas y fue hasta el pequeño sofá donde los visitantes esperaban.
Ese árbol tenía varias cámaras subterráneas donde vivían distintas personas, pero a ella le interesaba quien recibía a todas las hembras.
—Tesoro, ¿qué haces aquí? —preguntó una anciana con el pelaje pardo mientras se acercaba a la joven—. ¿Qué traes contigo?
La raposa dejó ver la carita del bebé y enseguida se vio arrastrada hacia una de las habitaciones ocultas en los pasillos. Cuando quiso darse cuenta le habían quitado a la cría de sus brazos y la examinaba la anciana.
—¿Desde cuándo tú puedes dar a luz?
Ella se encogió, era cierto que no podía, lo había comprobado y esa anciana se lo había dicho antes de intentarlo. Apenada miró a la criatura y supo que iba a protegerla.
—Estaba abandonada en el río. No podía dejar a un bebé allí, se moriría —dijo acercándose hasta la pequeña que agitaba los brazos.
—Esta cría no es como nosotros. ¿Has visto su pelaje? Ni siquiera creo que pertenezca a la tribu de las montañas heladas, esta lista negra es distinta...
—He pensado criarla... —admitió la joven con algo de esperanza.
—Kim, no has tenido crías. Este ser está condenado a perecer...
Kim se había abalanzado hacia delante y había cogido al bebé con gesto protector. No iba a dejar que muriese, que después de haber nacido perdiera la vida.
-¡Ni hablar, mamá! -exclamó envolviendo a la pequeña—. Es mía, no voy a tener crías, pero es mía.
La anciana negó, su hija había sido la última en nacer, la última de todos sus hijos y la más débil. Ella misma la había criado con esmero para que sobreviviera, entendía su posición respecto a la niña.
Negando fue hasta uno de los estantes y cogió un biberón con leche caliente, siempre los preparaba para las madres que tenían demasiadas crías y no podían alimentarlas. Normalmente no sobrevivían si se criaban únicamente con biberón pero no iba a decírselo a su propia hija. Por eso se lo dio y salió de la habitación, si Kim tenía instinto materno tendría que demostrarlo.
La raposa se tumbó en la cama con el biberón y la niña. Se hizo una bola y enroscó su cola en torno a la pequeña. Luego puso la tetina a su alcance y esperó a que mamara sola. Cuando lo hizo de sus ojos saltaron lágrimas y miró cómo la pequeña criatura comía con ganas.
—Juro que te protegeré de todos. Vas a vivir, pequeña Shiro.
Y le puso ese nombre por su pelaje blanco, por su fuerza y porque nació en el más frío invierno, trayendo una esperanza y dándole a Kim una hija más que deseada.



***

Esto es, como bien indica el título, un adelanto o muestra de mi próxima historia. Esta no la subiré al blog, aunque puede que sí algunas frases que me gustes. Si os llama la atención o queréis saber más demostrarlo, que no quede en otro intento de historia.
Muchas gracias a todos los que lean esto.


sábado, 11 de abril de 2015

Sorteo en "El poder de un nombre"


¡Hola seguidores! Este sorteo no se organiza en mi blog pero para darlo a conocer y para que tengáis más oportunidades de conseguir el premio lo pongo en una entrada.

Este sorteo se lleva a cabo en el blog llamado "El poder de un nombre"

Participar en el sorteo es muy sencillo, todos los participantes recibiréis un punto para participar pero serán necesarios los siguientes requisitos:


¡Además, todo el publicite el sorteo por twitter ganará un punto adicional!




En el comentario se debe añadir:

- El nick del participante.
- El link al perfil de blogger (para poder comprobar si sois seguidores).
- Vuestro nombre en Facebook.
- Link de la publicación de twitter (no es obligatorio, solo es para tener un punto más)

domingo, 5 de abril de 2015

Relato: Dolor.



¿Dolor? Tú no sabes lo que es el dolor.
Dolor es cuando ves que las cosas cambian o existen. Antes las pasabas por alto, creyendo que eran imaginaciones tuyas. Pero no, es peor de esta manera.
Cuando te das cuenta de que un amigo te daña, cuando alguien te cambia. Primero te lo niegas, luego te enfadas, seguramente lloras y al final asumes la triste realidad de lo que te rodea.
Oh, pero claro. Una vez lo sabes y lo sientes ya no importa. Tonterías, diría la otra persona. Claro, son tonterías, cosas de mentes fantasiosas que temen quedarse solas o cambiar en un mundo lleno de cambios.
¿Tan malo es? No, no lo es. Pero pocos entienden como se siente y vive esto. Como pasas de ser adolescente a adulto de golpe. Como te exigen cosas y te esfuerzas por conseguirlas para que nadie te lo agradezca.
Echas de menos las noches en vela, las conversaciones largas que temías acabar por si luego te perdías algo. Entonces te das cuenta de que ya se ha perdido y cuando lo intentas solucionar, ¿qué consigues?
Una tontería, una tontería que contenía parte de ti y que ya no volverá aunque lo intentes.
Y es que cuando un espejo de rompe aparecen muchos más, pero no nos engañemos, un espejo corta siempre.

Poema: Amor.



Ella le miraba con una sonrisa en la cara. 
Él, sin embargo, las lágrimas derramaba. 
Tristeza y alegría compartían. 
Y llorando riendo, riendo llorando,
 los dos amantes se enamoraron.

***

Siento que sean tan cortos y puede que sin sentido. Me salen solos y no puedo hacerlos largos en estos momentos. Espero que aun así os gusten lo suficiente como para seguir leyendo. 
~Samantha P. 

jueves, 2 de abril de 2015

Relato: Eclipse.



Y la Luna no se daba cuenta que cuanto más alumbraba por la noche más humanos salían de sus casas. 
El Sol, celoso, un día decidió atraparla entre sus brazos para que sus humanos salieran solo por las mañanas cuando gobernaba. 
Y entonces se dieron cuenta que los eclipses atraían más gente. Les miraban fijamente y hablaban de ellos como si de verdad existieran. 
Ahora ambos cuerpos del firmamento se encuentran para que su humanos les alaben por su unión y no por sus celos, sin ser conscientes de que todo empezó por ellos.



miércoles, 1 de abril de 2015

Poema: Verdad vs. Mentira.



¿Qué es una mentira?
Se supone que la ausencia de la realidad.
¿Y la realidad?
Creo que la verdad. 
¿Entonces una mentira no es real?


Se miraron a los ojos, sin saber que contestar. 
Y es que la verdad y la mentira son reales, 
simples cuentos dormidos en la tempestad. 
Cuando uno despierta, el otro amenaza. 
Y así, uno de los dos, ganará. 






martes, 31 de marzo de 2015

Poema: La vida.




El frío quema,
el aire hiela.

Corre pájaro errante,
vuela como tal viajante.

Si el ave de nieve logra encontrarte,
corre y vuela para salvarte.






jueves, 26 de marzo de 2015

Iniciativa Blogger.



Como todo en esta vida, es muy dificil empezar de cero en un nuevo sitio donde te infravaloran. Estos problemas se pueden solucionar con el tiempo o con pequeñas iniciativas que nos pueden a ayudar a conseguir seguidores.
Esta vez me decido yo he creado esta, una iniciativa que nos puede abrir puertas a muchos si conseguimos que vaya adelante.
En esta iniciativa es muy sencillo conseguir seguidores, solo hay que comentar en esta entrada o en la "Iniciativa" que hay en la cabecera y automaticamente estarías participando. Con esto se intenta llegar a más sitios y que la gente dé a conocer su pequeño rincón privado.

Reglas:

-Seguir este blog, si no se hace no podrá apuntarse.
-Comentar en la entrada poniendo el nombre de usuario, el del blog y el enlace.
-Poner el banner (imagen y enlace) en el blog.
-Seguir los blogs que se vayan apuntando.
-Comentar en alguna entrada de los otros blog como que formas parte de esta iniciativa.
-Actualizar que seguís participando cada mes o dos meses para que no os borre.

Aqui el banner:



El enlace que hay que poner en la imagen es: http://elrincondelafantasiaoculta.blogspot.com.es/p/iniciativa-blogger.html

PARTICIPANTES:








Relato: Tocado y Hundido.


¿Sabes ese sentimiento de que nada puede irte peor? ¿De que tus sueños no se cumplen por más tiempo que pase?
Todos pasamos esa etapa en la que creemos que somos nosotros los que vamos contra el mundo, en la que creemos que somos inigualables y que algo mejor estará por llegar el día de mañana. Pero cuando ese mañana llega y tus sueños se ven hechos añicos cambias, tu mentalidad cambia y todo se tuerce hasta que no puede volver a ponerse recto.
El odio que sientes hacia ti mismo y tu futuro te corrompe y luego te destruye, poco a poco, hasta que no te queda nada de felicidad ni de sentido. Al final te cansas, dejas de luchar y de vivir. Al final mueres por dentro mientras pones tu sonrisa a merced de cualquiera sin importar las condiciones.
Cada lágrima es un pedazo roto de ti mismo, un cristal de tu corazón que no volverá a tu cuerpo ni alma por mucho que intentes retenerlos. A veces, llorar ayuda más que decir que ya se verá en el futuro.
Lo peor de todo es ver gente feliz a tu alrededor y vivir esa falsa felicidad que para otros puede durar días y para ti no más que un segundo de tu tiempo. En ese segundo tu corazón aun responde ante los estímulos, pero luego se marchita de nuevo.
De pequeños creamos un futuro idealizado, algo que nunca llegará para muchos. Cuando el tiempo pasa te das cuenta de que puedes ser todo los adjetivos positivos que te digan y aun así estar en esa situación de desesperanza, de falsa felicidad y dicha. Los minutos deciden si tu vida cambia pero tampoco quieres hacer nada por cambiarla porque tú no tienes la culpa, nadie la tiene en realidad, nadie te va a culpar de no ser lo suficiente atractivo, extrovertido o divertido, nadie tendrá en cuenta tu edad y cuando empezaste a madurar, nadie te tendrá como algo más de lo que tu quieres ser en su vida, porque al final eres tu quien decide lo que quieres hacer.
El problema de muchos es que el futuro no les brinda la suficiente confianza para avanzar por sendas difíciles y se quedan en una más corta, más llana y, aparentemente, más sencilla que traería su felicidad.
Al final solo quedas tú, tu cuerpo y alma, tus ganas de superación y lucha. Al final el único que puede creer en que puedes ser lo que deseaste de pequeño es el mismo que lee esto y, si se empeña, podrá conseguirlo.


Relato: Espina.


¿Sabéis esa sensación de clavarte una astilla minúscula en el dedo y saber que existe pero no la puedes ver? La tocas, la rozas, la arañas y sigue existiendo. Pero no te la quitas, en cambio te gusta la sensación de pasar el dedo por encima y el dolor que causa.
Hay muchas cosas que pueden ser esta diminuta espina y todos la hemos soportado alguna vez. ¿O no habéis tenido una amistad, un amor, un familiar o similar que molesta pero cuanto más hondo esta mas te gusta que te duela?
Tal vez suena un poco drástico, tal vez no os dais cuenta como tal que es una espina y que debe ser sacado, que molesta pero gusta. Asimismo, duele pero es aguantable y agradable tenerla.
Pero toda espina desaparece un día y aunque aprietes la zona ya no hay sensación que te recuerde que ha existido.
Es así como realmente se superan las cosas. Son pequeñas astillitas que hay en nuestro interior y que un día, sin más, paran de hacernos daño aunque la hayamos tocado durante mucho y nos hayamos acostumbrado al dolor. Solo el tiempo hace que desaparezca y es algo normal y que nunca se para.
Las astillas desaparecen de nosotros, dejan de molestar y solo quedan los recuerdos que para bien o para mal seguiremos recordando.



Relato: Deseos.


Imaginad un árbol de los deseos, un gran árbol que concede cosas que se pueden obtener por uno mismo.
Ahora imaginad a un niño pequeño que pide al árbol un amigo, entonces las ramas bajan y le rodean para no estar solo. Viene una niña y pide comida, rápidamente un fruto cae para alimentarla. Un tercer niño pide agua haciendo que el tronco se abra y la savia cae para saciar su sed. 
Un árbol que concede deseos puros, sin maldad, sin preocuparse por si él mismo se hace daño moviendo sus ramas o rompiendo su tronco. Un árbol que piensa en los demás, uno que existe en el corazón de todo ser humano pero que no siempre germina. 
Ahora sólo tenéis que imaginar un deseo que pueda concederse y explicarme la manera en la que este árbol tan peculiar os lo da sin más. 

¿Qué pedís y cómo os lo da? 



sábado, 28 de febrero de 2015

Día 5.


Ese día había sido muy tranquilo. Xiel no había visto a ningún mellizo merodeando por sus cuadras, los caballos se habían portado bien. La comida era sublime, como si siempre se celebrara algo, por mínimo que fuera.
El muchacho se había sorprendido yendo a caballo por los alrededores, montando a Black para que no perdiera la costumbre, como el día antes había prometido Ciara a su dueño. Todavía le resultaba raro tener dos personas dentro de sí mismo, en realidad ser mujer no era tan malo, había conocido a un Nash encantador. El problema estaba en que una vez había empezado a trabajar como un hombre no podía cambiar, le echarían de inmediato y por raro que pareciera no quería irse, no aun, no sin saber qué sería de Nash.
En dos días había cogido cariño a ese joven de mirada triste y rota. No poder ver, le parecía el mayor castigo que tenía el ser humano, más que la muerte concertada como la suya. Sin embargo, había logrado apartar la tristeza ese día.
Como mozo de cuadras se había encargado del carruaje que ese día salía rumbo a la ciudad, pero no había podido ir en él. A la vuelta, a Mikka se le había caído una cinta de una sombrerera. Xiel había tenido intención de devolvérsela cuanto antes, pero no había sido así. Se la había puesto en la cabeza, con un lazo mal hecho. Le había gustado. Era de un color parecido al cielo, con reflejos blancos a la luz del sol invernal. Al final se la había quedado sin remedio, creyendo que esa chica tendría muchas más y no la echaría en falta.
Así había sido su mañana y tarde, sin sobresaltos y con un nuevo regalo que guardaba en el bolsillo de su chaqueta. No había pedido más, era suficiente para todo el resto de la tarde. Las nubes comenzaban a tapar el cielo y la puesta de sol, llenando todo de una fría aura. Xiel estaba acostumbrado al frío de las calles y no tuvo ningún reparo en salir a los jardines y caminar por ellos sin hacer nada en especial.
A pesar de ser invierno no había nevado por el momento, todo estaba con tonalidades marrones. Los arbustos habían perdido su abrigo de primavera, se habían quedado desnudos ante la mano de cualquier que quisiera hacerles daño. Xiel caminaba con las manos en los bolsillos, la oscuridad se cernía sobre él como un gato se agazapaba ante su presa, esperando el momento para engullirla sin hacer ningún tipo de ruido.
Entre la maleza seca, los pasos del muchacho quebraban ramas y hojas secas, restos muertos de antiguas vidas llenas de color y esplendor. Si Xiel estuviera en el pleno uso de sus poderes, cada paso suyo dejaría un manto verde y vigoroso, devolviendo la vida que poseía. Pero el joven aun no tenía su don, sólo habían pasado cinco días desde que su cometido había empezado a tejerse en un tapiz demasiado corto para su gusto.
Cuando la oscuridad poseyó el cielo, él andaba por uno de los jardines más largos, buscando la salida para volver a su cuadra y dormir, sería una noche fría y agradable entre sus queridas mantas, esas que había atesorado en cuanto llegó allí. Pero el camino era igual al resto, todos los árboles se parecían, todo le indicaba que estaba dando vueltas al mismo sitio sin darse cuenta. Intentó mantener la cabeza en su sitio, si se agobiaba no podría salir de allí tan rápido como hubiera deseado.
Tras conseguir trazar un plan para salir de su pequeño laberinto privado, empezó a andar contando los giros y vueltas, logrando avanzar por distintos caminos hasta que en uno se chocó contra la espalda estrecha de alguien y cayó de espaldas sobre el frío suelo, este crujió y alguien se dio la vuelta.
Los ojos verdes de Mikka brillaron en la penumbra. Se había asustado al sentir el golpe, pero ver a Xiel había logrado calmar parte de su sorpresa.
No esperaba encontrarse con nadie esa noche, no era su intención ser descubierta, ni siquiera por el mozo de cuadras. Ella tenía planes más interesantes para esa noche. Lucía un vestido morado y blanco, elegante. Xiel hubiera jurado que si no fuera por sus ojos tan verdes no la hubiera reconocido, pero lo había hecho. Cuando se puso en pie para recomponerse del golpe se dio cuenta de que era más alto que ella, solo unos centímetros separaban sus cabezas. Inconscientemente se echó hacia atrás y bajó la mirada para que no se notara que observaba de forma bastante descarada a esa chica. Sabía que esa noche no iba a salir nadie, siempre tenía el carro listo de antemano y esa vez todos dormían o estaban en sus habitaciones. Se preguntaba qué hacía Mikka vestida de esa manera y en el jardín.
–No miraba –se disculpó Xiel manteniendo su postura–. Está muy guapa, señorita Mikka.
Ella sonrió sin darse cuenta. Al vestirse se había visto bella, pero se alegraba de comprobar por ella misma que su conjunto había sorprendido a aquel chico. Pero no tenía tiempo para cumplidos y halagos, aún tenía que salir a las frías calles para ir a un baile, uno al que no habían invitado a su familia. Ella entraría con otro nombre gracias a un noble amigo suyo, pero escapar de casa no era tan fácil como había pensado.
Miró a Xiel y su sonrisa se transformó en una más amplia al pensar en el plan. Rápidamente se puso a su lado y enganchó su brazo al del muchacho.
–Tú has estado viviendo en las calles, ¿no? –preguntó tirando ligeramente para que anduviera a su paso. La pregunta no le gustó al muchacho, aunque obedeciera su silenciosa orden de caminar. Planeaba algo y lo notaba, le estaba utilizando para salir de esa casa.
–Hasta hace seis días –respondió conteniendo el aliento–. ¿Por qué lo pregunta?
–Tengo que salir, no conozco bien las calles por las noches y temo perderme. Así que si tú me llevas haré que aumenten su salario y tus comidas.
Chantaje, frío chantaje. Xiel creía que Mikka no era así, pero estaba equivocado. Todos buscaban lo mismo, buscaban aprovecharse de él para divertirse o salir, o las dos cosas a la vez. Pero veía la impaciencia y los nervios en los ojos verdes de la chica. Era la primera vez que Mikka desobedecía a su padre y se iba por la noche sin avisar a nadie, se notaba en el fuerte agarre al brazo de Xiel.
–¿Queréis que salga de la casa? ¿Y si decido no volver? –inquirió el joven caminando hacia la salida–. Vuestro padre cree que me escaparé, ¿vos no lo piensa así?
–Puede que lo hagas... Yo si pudiera ya me habría escapado de esta casa hace mucho tiempo –respondió Mikka, sorprendiendo a Xiel, mientras abría una pequeña puerta que estaba oculta tras unos arbustos–. Pero no puedo no volver..., la tumba de mi madre está aquí...
Xiel se mantuvo en silencio mientras andaban por la calle apenas iluminada por unas tristes farolas que desprendían su luz opaca hacia el suelo. Él no había quería tocar ese tema, no tenía intención de saber nada de los padres de los mellizos. Ahora se daba cuenta de la razón por la que Nash no recibía su comida cuando estaba enfermo o por la que Mikka se escapaba de casa. Ellos solo poseían un padre autoritario que no llegaba a preocuparse de ellos, solo del bienestar de su fortuna.
La sangre del muchacho hirvió dentro de sus venas y frunció los labios para mantener la boca cerrada y no hacer un comentario que pudiera espantar a esa chica.
–Pero tengo que ir a este baile, si logro colarme y parecer lo suficiente rica en algún momento un hombre con gran fortuna podrá pedirme la mano. ¿No sería fantástico? Así no perdería la casa y a mi madre –continuó explicando la muchacha con mirada soñadora mientras sonreía con tristeza.
–Creía que Nash heredaría la casa como hijo varón –comentó Xiel.
–También es el primogénito... Nació el primero y tiene ese derecho sobre mí. Me daría igual si la heredase él, es mi hermano –suspiró Mikka pensativa–. Pero no creo que pueda llegar a heredarla en el futuro.
El joven permaneció en silencio otro largo rato. Pensaba en sus palabras, enseguida encontró la explicación pero no quiso expresarla en algo. Nash moriría joven, antes de que su padre pudiera pasarle sus bienes y con ello la casa donde se habían criado los dos hermanos. Entonces entendió como Mikka se sentía tan eufórica por tener un matrimonio concertado, estaba dispuesta a sacrificarse para mantener esa mansión de piedra y grandes jardines. Había aceptado que el amor no estaría de su parte, puede que su futuro marido lograra enamorarla con el tiempo, pero ella no creía ni pensaba en el amor, pensaba en otro tipo de sentimiento.
Cuando se detuvieron, Xiel miró los grandes jardines que se abrían ante ellos, con rapidez un hombre pasó el nombre de Mikka a un papel y la invitó a entrar a la fiesta. Xiel se quedó fuera de la valla esperando. Estaba tan metido en la música del vals que cuando sintió el beso en la mejilla se giró de golpe para ver a Mikka sonriendo.
–Gracias por traerme, muchas gracias.
–Esperaré aquí a que vuelvas –murmuró el muchacho señalando una escalera–. Ni se te ocurra irte sin mí.
–Solo me iré si encuentro a un príncipe con el que volver en carroza –respondió con aire soñador mientras pasaba de nuevo ante la valla–. ¡Deseamos suerte!
Xiel le deseó la suerte que podía desear en esa situación. Se sentó en las escaleras y miró el jardín iluminado, algunas parejas andar y besarse a escondidas. Él nunca había besado a nadie, mucho menos ido a ese tipo de fiestas y dudaba que pudiera estar más cerca.
Se tocó los labios y miró su querida luna, un poco más blanca que el día anterior. Deseó en silencio que Mikka encontrara el amor de su vida y no a un noble rico.
Deseó poder ir y bailar por primera vez.

sábado, 14 de febrero de 2015

Día 4.


El sol envolvía a los establos brindando su luz sobre ellos y dándole un calor atípico en invierno. Xiel estaba cepillando al caballo que solía usar Nash, aunque el día anterior había comprobado que ese mismo animal había causado un mal irreparable en ese chico.
El joven no era capaz de imaginar cómo había sido perdonar al semental después de lo que había significado. En poco tiempo había creado un vínculo con los animales, pero de igual forma ellos no le habían dañado en ningún momento, salvo ese día.
Cuando cepillaba los cuartos traseros de Black, el caballo azabache de Nash, este se puso a dos patas haciendo que se asustara y cayera de espaldas sobre uno de los cubos de heno, rompiéndolo y escuchando un chasquido en su mano derecha. Seguidamente soltó un alarido cuando volvió a moverla, estaba hinchada y supuso que se la había dañado al caer. Lamentándose, se puso en pie y observó al animal, volvía a estar relajado, como si no se hubiera asustado de nada minutos antes.
Xiel se sujetó la mano como podía, salió de la cuadra y luego del establo. Nunca se había dañado, no podía y eso era nuevo para él, por eso fue rápidamente al lago. El cielo estaba tan azul que la superficie del agua registraba cada rayo desprendiendo luz de colores allá donde chocaba y se podía ver. El viento formaba pequeñas ondas que desaparecían cuando alcanzaban la orilla. Xiel metió la mano bajo el agua, pidiendo en silencio que su capacidad de entrar en su organismo pudiera sanar su muñeca herida. Solo pasaron unos segundos cuando varios rayos de luz solar se concentraron sobre su blanca piel bajo el agua y esta se calentó considerablemente provocando un consuelo agradable al muchacho.
La magia siempre había vivido a su lado, desde que tenía memoria había estado envuelto en su brillo y protección. Una vez hubo crecido comprendió que la magia solo era la energía que le rodeaba, que estaba en el ambiente y que no era capaz de ver, sin embargo, comprendió que podía manejarla como quisiera y podría crear cualquier cosa que estuviera en su imaginación.
–¿Qué haces, Ciara?
Xiel se giró de golpe al oír esa voz, se tropezó y metió los pies en el frío lago helado. Frente a él, Nash intentaba observarlo, pero estaba claro que su problema iba a más cuando le había confundido con Ciara, la chica que había compartido parte de la tarde con él el día anterior.
Rápidamente se puso recto, dio un par de pasos atrás saliendo del agua y bajó la mirada todo lo posible para que no fuera capaz de reconocer la verdad, eso solo causaría problemas graves en su vida y ya tenía bastante intentando huir de esa casa de locos.
–Como quieras –prosiguió el muchacho–. Estaba buscando a Xiel para que ensille a mi caballo, ¿lo has visto?
Él apenas podía respirar, mucho menos cambiar la voz en ese momento. Tomó unas cuantas respiraciones profundas para tranquilizarse y luego se alborotó el cabello para que pareciera más espeso y así pudiera parecer más mujer de lo que ya era por nacimiento.
–Creo… que ha ido a por paja para los caballos… Si quieres lo ensillo yo –dijo todo lo femeninamente que pudo.
La sonrisa de Nash se hizo más amplia, se preparó para decir algo y enseñó los dientes impolutos. Eso solo puso todavía más nervioso a Xiel, que intentó no parecerlo en exceso y así no echarlo todo a perder.
–Con una condición –sonrió el muchacho dirigiéndose a Xiel creyendo que era otra persona–. Monta conmigo.

***

Xiel no había esperado que al final acabara discutiendo sobre cómo debía ir montado en el lomo del caballo. Le había costado gran parte de su tiempo convencer a Nash de que no iba a sentarse como esas chicas que no sabían montar y tenían que ir de lado, protegidas por el hombre. Xiel no era así, ella ansiaba ser lo más normal posible. Finalmente lo consiguió con la condición de que fuera delante de Nash y así él pudiera evitar caídas.

Por fin estaban cabalgando por el bosque, realmente era un paseo, no corrían ni forzaban al animal. Ambos jóvenes estaban callados mientras el que poseía las riendas hacía uso de todos sus sentidos ya que volvía a sentir que se le consumía el tiempo de poder hacer aquello que más le gustaba en el mundo. Por otra parte, Xiel, se mantenía tenso contra el pecho de Nash, intentando no incomodarse más o que no se diera cuenta de que esa situación era aún peor de lo imaginado. Usaba parte de su recién adquirida energía de la luna para quitar del camino cualquier obstáculo que pudiera derribarlos, era lo menos que podía hacer estando montado de aquella manera tan surrealista.
A medida que se adentraban en el bosque, y con ello en los límites de los terrenos que poseía Nash, Xiel miraba todo con más atención, buscando un sitio donde pudiera llevar a cabo su últimas voluntades antes de que pasaran los días finales y todo su mundo acabara. El bosque era un sitio amplio con grandes lugares despejados donde podría hacer uso de sus poderes y con un poco de ayuda lograr un santuario purificador. Era su cometido y ese paseo la única excusa que tenía para poder observar todo sin que pudiera parecer sospechoso, aunque si buscaban al mozo de cuadras estaría acabado porque no estaba en su puesto de trabajo.
–¿Qué te preocupa? –preguntó la voz tranquilizante de Nash en su oído. Xiel casi se cayó del caballo al sentirlo e instintivamente su corazón se aceleró–. Estás muy callada.
Xiel recordó que debía ser Ciara en ese momento, que no podía dar a entender que era un chico porque entonces acabaría con todo lo que conocía antes de tiempo.
–Solo pensaba...
–¿En qué? –urgió en preguntar el muchacho.
Xiel sonrió sin esperarse que ese chico que un par de días atrás le había avergonzado con una fusta pudiera estar tan interesado en sus palabras.
–En cómo eres capaz de montar de esta manera teniendo tu problema...
Nash soltó un suspiro y dejó mostrar parte de sus temores por la tensión de sus brazos en torno a las riendas cuando Xiel soltó esa pequeña puya que caló en el corazón de Nash.
–Conozco el camino de memoria y Black se lo sabe también... Antes podíamos ir galopando pero ahora es casi imposible –se lamentó el muchacho.
Xiel guardó silencio y siguió mirando el paisaje, buscando algún lugar idóneo para escapar. Era su cometido a pesar de que le gustaba estar montando a caballo con ese chico, a pesar de tener un plato de comida caliente todos los días y mantas para taparse las frías noches. Por más que pensaba que todo eso era insignificante sabía que formaba parte de algo que había ansiado durante muchos años en los que podría haber muerto si no fuera por la luna que cuidaba de él en lo alto del cielo nocturno.
Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que el caballo azabache había parado y a su espalda ya lo había nadie guiándolo. Por un segundo se desorientó tanto que tuvo miedo a haberse perdido en ese bosque, pero luego sintió una mano en su espalda y giró la cabeza para ver a Nash en el suelo intentando bajarle.
Hizo lo propio y sacó la pierna de uno de los costados del animal para poder bajar, su intención fue hacerlo por sí solo pero las manos del chico asieron sus caderas y las alzó en el aire elevándole por completo hasta que segundos después se encontraba contra su pecho con los pies en la tierra húmeda y esponjosa de al lado de un riachuelo.
Xiel se había sonrojado ligeramente por la cercanía y a Nash le había salido una media sonrisa que se definiría con el canto de los pájaros que acompañaban la escena desde lo alto de los árboles cercanos. Xiel agradeció, avergonzándose aún más, que Nash se estuviera quedando ciego para no tener que ver sus mejillas como candiles recién encendidos, pero seguramente podría notar su corazón y así era aunque no dijo nada cuando liberó a la que creía que era Ciara y no Xiel, su mozo de cuadras.
–Black descansará un poco y luego volveremos –explicó el muchacho girándose.
Xiel se había quedado quieto, mirando el paisaje y descubrió que era perfecto, que era un claro con árboles altos y un riachuelo cristalino, había troncos tumbados por todos lados y florecillas que crecían a la luz del sol.
–Este sitio es precioso –comentó girando sobre sus pies–. ¿Pertenece a vuestra casa?
Nash siguió acariciando el costado de su caballo con los ojos entrecerrados mientras escuchaba.
–No, estamos en el límite –respondió tranquilamente–. Y deja de llamarme como si fuera alguien importante.
–Soy vuestra criada –recordó acercándose al caballo también aunque manteniendo una distancia prudente–. No puedo llamaros de otra manera.
Él sonrió y se giró con una mueca.
–¿Tan feo es mi nombre que no me puedes llamar Nash, Ciara?
Xiel se sonrojó al oír su nombre, no le molestaba llamarle de otra manera pero era más complicado de lo que parecía llamar a una persona que podía conseguir su despedido por su nombre.
–No es feo... Pero no estoy a tu nivel..., Nash.
La sonrisa del muchacho al oír su nombre fue radiante, capaz de eclipsar el sol del mediodía. Xiel se había sonrojado otro tanto y seguía acariciando las crines de Black intentando calmarse. Entonces sintió la mano cálida de Nash y apartó la mano tras unos segundos innecesarios por su parte. Cualquier error podría hacer que la cocinera saliera perdiendo, si no hubiera sido por el plan de ponerla un vestido el día anterior estaría todo más tranquilo y sería más sencillo para sus vidas.
–¿Cuánto ves? –preguntó Xiel bajando la mirada.
Nash alzó la mirada al cielo, luego al pelaje de su caballo y finalmente a la cara de Xiel, buscando una manera de enfocar sus rasgos.
–Hace un par de días veía borroso, cuando me desperté ayer ya no veía ningún contorno y hoy solo veo luces y sombras. En menos de una semana todas las luces se habrán apagado para siempre y no podré hacer nada para evitarlo –explicó Nash con la voz ahogada y algo rota. Sufría, se le notaba a leguas pero no podían hacer nada por él. Tenía una enfermedad y no había medios para saber de qué detestaba exactamente para conseguir un medicamento–. Es raro. Sé que me voy a quedar ciego para siempre y no puedo luchar contra ello.
–Lo siento, Nash. No quería incomodarte –se disculpó Xiel bajando la mirada.
–No importa, es mi realidad. Ojalá pudiera verte bien y guardarte en el recuerdo... Antes dibujaba y leía, ya tampoco puedo hacerlo y no me importa tanto como perder a Black. Si nadie le monta mi padre lo venderá o lo sacrificará.
Xiel se había quedado en silencio mientras miraba a ese chico a los ojos y observaba su dolor oculto tras las sombras. En parte podía entenderle, él mismo había echado muchas cosas de menos a medida que el tiempo iba pasando por su vida y el día de su final se acercaba poco a poco, apenas tenía veinte días para que se apagara como la llama de una vela.
Quiso abrazarle, pero no pudo tampoco. Se sentía incómodo y todavía no se acostumbraba a tener que ser una chica con Nash. Llevaba mucho tiempo pensando que ser hombre era lo que le estaba salvando de ser violada en las calles, pero ahora le salvaba de ser echada de esa casa a pesar de todo le vendría bien en algún momento dar a conocer su verdadera condición. Xiel no era más que un invento para no ser violada en las noches frías, Xiel no existía y realmente Ciara estaba encerrada en una gran cápsula segura, sin llegar a poder ser ella misma nunca, sin querer serlo porque ya no se sentía mujer y no quería volver a su debilidad. El mundo era cruel con las huérfanas, ella misma lo había visto y lo había sentido en su piel. Eran cosas que, al recordar, ponían otra capa en la cápsula dejando atrás a la chica que un día pudo haber sido.
Salió de sus pensamientos cuando la mano gélida de Nash tocó su mejilla y dio un brinco en el sitio sin saber lo que había pasado. Su compañero sonrió al notar el movimiento y luego negó, divertido a pesar de todo el dolor que debía de estar sintiendo, sin tener en cuenta que su vida iba a cambiar. Xiel lo envidiaba, lo hacía su corazón sin hacer caso a su cabeza.
-Xiel cuidará de Black –murmuró intentando parecer tranquilo ante todo, poco a poco se habían ido derritiendo las capas de su cápsula y debía volver a colocarlas antes de que fuera demasiado tarde para todos.
-¿Lo conoces? –preguntó Nash con curiosidad-. No creo que un simple mozo pueda entender un caballo como Black. Además, no me gusta que se acerque.
Dio gracias de que Nash no pudiera ver cómo arrugaba la nariz y fruncía el ceño, no le hubiera gustado tener que explicar lo que le hacía sentir eso. Ella era Xiel, él era Ciara. Las dos personas estaban en el mismo cuerpo y estaba claro que Black adoraba a la muchacha porque como Xiel se dejaba cuidar. Aun así no le había gustado el comentario y aprovecharía su condición para hablar de sí mismo por una vez.
-Hemos hablado todos los días desde que llegó, se podía decir que somos íntimos. Siempre le veo con tu caballo, parece que se llevan bastante bien a pesar de tus pocas expectativas -murmuró Xiel cruzándose de brazos.
-¿Es tu amigo? -preguntó entornando los ojos, algo molesto e intentando ocultar ese sentimiento de celos recién adquiridos. Pero Xiel no estaba pendiente de eso precisamente, intentaba ponerse algo de importancia a si mismo.
-Un buen amigo -respondió negando-. No le conoces para criticarlo.
Nash había dejado caer los brazos, entre sorprendido y molesto por sus comentarios, pero no tenía intención de admitir que sólo le había molestado que le gustase una fusta como juguete, ni mucho menos que él hubiera sido el responsable de este descubrimiento. No entendía como una chica como Ciara había acabado siendo amiga de un chico como Xiel.
Entonces por un segundo temió de verdad.
-¿Te gusta?
Xiel casi se ahoga con su propia saliva al escuchar eso, tuvo que toser un par de veces para no atragantarse. Era lo que le faltaba por oír en ese día soleado de invierno. Estaba claro que Xiel no estaba a su alcance porque no existía realmente, además era él mismo transformado en otra persona para garantizar su seguridad en las calles.
-¡No! Solo es un amigo -respondió ruborizada-. Y tampoco debe importante la relación de tus criadas con otros criados.
-En eso tienes razón y temo que mucho estoy haciendo para lograr conseguirte como amiga.
El alma de Xiel se cayó al suelo y se rompió soltando pedazos por todos lados. No se había fijado en que Nash estaba solo, siempre lo había visto solo en esos días y seguía montando solo a caballo. Nadie sabía de su ceguera y se sintió mal por no haberse dado cuenta de que seguramente fuera la primera persona que se enteraba de todo. Pero él no tenía ni idea, actuaba sin pensar e intentando proteger su coartada perfecta, el maquillaje de la ilusión que había creado con dificultad y cariño hasta el punto en el que adoraba ser Xiel y odiaba estar en la piel de Ciara metido todo el día.
-Tampoco soy muy buena compañía... -murmuró Xiel intentando calmarse como buenamente pudo.
-Dentro de poco no tendré ninguna. Eres perfecta.
Eso hizo sonrojar aún más a Xiel, que dio un paso hacia atrás chocando con el costado de Black, haciendo que éste empujara a Nash con el hocico y perdiera el equilibrio hasta caer al suelo. Sacudió la cabeza y su pelo rubio se desordenó por completo, al poco tiempo estalló en una risa y Xiel lo acompañó mientras se sentaba a su lado y se quedaban así, riendo y disfrutando toda la tarde.

***

Ya por la noche Xiel dormía en el montón de paja con la manta hasta la nariz. Tenía una sonrisa tranquila y las mejillas aun sonrojadas. Había pasado un día increíble junto a Nash y nadie había mermado su felicidad, ni siquiera la luna y sus pesadillas nocturnas. No, esa noche solo la dedicaría a soñar con los recuerdos adquiridos esa tarde.

viernes, 23 de enero de 2015

Día 3.


Había sido una mañana bastante tranquila para toda la casa. El cielo amenazaba lluvia por lo que nadie había salido a cabalgar, esto agradaba a Xiel que solo había tenido que alimentar a los animales. Después había ido a la cocina y se había servido un plato de copos de avena, una fruta y un vaso de leche. Esto era lo que debía desayunar todas las mañanas, ese día estaba encantado porque apenas había revuelo en la cocina, solo estaba Ginna allí por lo que podía tranquilizarse. En los tres días que llevaba en esa casa, la mujer se había convertido en un pilar para él mientras buscaba su salida de esa cárcel disfrazada de gran casa señorial con bonitos jardines.
Comía sin ganas a pesar de todo, la comida de la cocinera estaba buena, no lo dudaba, pero quería su libertad a toda costa antes de que alguien pudiera encariñarse de su persona, podía pasar y temía que Mikka estuviera haciéndolo sin darse cuenta.
–¿Pensando en asuntos de faldas? –preguntó Ginna sentándose a su lado.
Xiel levantó la cabeza de golpe, mirando los ojos viejos de la cocinera y dedicándole una sonrisa mientras negaba.
–Todo lo contrario. No me interesan las faldas de momento –respondió.
–Es una pena, tienes unos rasgos muy apuestos... Ya me gustaría a mí ser más joven para poder aprovechar tus visitas a esta vieja momia.
–No eres una momia, Ginna –recordó el joven apartando el plato sin ningunas ganas. Tenía cosas que hacer y poco tiempo que perder–. Me vuelvo a las cuadras, tal vez el señorito Nash cabalga por la tarde.
–Hoy el señorito no va a salir de su habitación –le comentó la cocinera a Xiel cuando éste se levantaba–. Ha pedido que nadie le moleste, lamentablemente no quiere bajar a desayunar y así nunca va a recuperarse del todo.
El joven observó la mirada de Ginna. Sabía que la cocinera tenía un trato directo con todos los de esa casa, que era querida y respetada por todos los años que estaba allí sirviendo y seguramente seguiría después de no poder andar sin ayuda de un bastón. Xiel observó la cocina, estaba sola ese día y no entendía la razón ya que siempre había alguna sirvienta limpiando los platos o el suelo, incluso cuchicheando en algún rincón de ese sitio.
Cuando miró a Ginna a los ojos supo que nada bueno se le podía ocurrir, brillaban y se había levantado de la silla de su lado casi derribando el poco contenido que había dejado en su razón de copos. Desapareció después por una de las puertas y Xiel se quedó quieto allí. Pudo haberse ido pero algo le decía que Ginna quería algo de él, para bien o para mal debía ayudarla como ella había hecho esos días cuando llegó a su nuevo hogar.
Se recorrió toda la cocina, al principio confuso y luego con una gran curiosidad por ver cómo funcionaban los fuegos, como bullían las cacerolas y el olor a hierbas que había por todos lados. Era un sitio agradable y cálido, no como su cuadra. Cuando sintió unos golpecitos en su hombro y se giró para ver lo que pasaba dio un par de pasos atrás confuso.
Ginna estaba sonriendo como nunca, portaba un vestido azul grisáceo con una falda amplia pero lisa, un pequeño corsé hasta la cintura y mangas cortas. Instintivamente el chico se había echado hacia atrás al verlo sin saber muy bien qué decir ni qué hacer.
–Era de cuando podía ponerme estas cosas sin parecer carne embutida –explicó Ginna–. Necesito que me hagas un pequeño favor.
–No creo que me guste...
–Tienes un cuerpo perfecto para el vestido, se puede ajustar al pecho aunque no tengas, el color te hará más atractivo...
Xiel había abierto sus ojos castaños y había negado, le incomodaba esa situación. Dudaba por como hablaba Ginna que hubiera descubierto que bajo sus ropas holgadas se encontraba una mujer, aun así ese vestido no podía traer nada bueno.
–El señorito Nash solo recibe criadas o a las hijas de estas cuando está enfermo... No quiero que enferme más, al final se morirá si sigue así... –susurró apenada la cocinera–. Es como mi hijo desde que la señora murió, le prometí cuidarlo hasta el fin de mis días en esta casa...
–No sé si es una buena idea, Ginna...
–Solo tienes que ponértelo y llevarle algo de sopa caliente para que coma. A ti te hará caso, no se resiste a las criadas –aseguró la mujer.
Xiel negó instintivamente. La resistencia no era problema para él, si se enteraba estaría despedido y en la calle... Después de ese razonamiento sonrió y cogió el vestido sin decir nada. Se fue a la habitación y se quitó sus ropas masculinas para vestirse de lo que era en realidad. El vestido cayó por sus caderas sin hacer ruido, se puso las mangas correctamente y sacudió su cabello corto con las manos para despegarlo de la coronilla. Allí no había espejo, por lo que no pudo verse y cuando salió los ojos de Ginna mostraban sentimientos contradictorios que le habían templar a cada paso que daba.
–He cogido unos zapatos de ahí –murmuró Xiel con las mejillas sonrojadas.
La mujer seguía con la boca abierta mientras observaba como el vestido encajaba en Xiel como si de verdad le perteneciera, le daba un toque perfecto para hacerse pasar por mujer y poder entrar. Vio cómo el muchacho se daba la vuelta y señalaba las cuerdas aun sin atar. Ella rápidamente ajustó cada una de ellas creando lazos y nudos, haciendo que el vestido se ciñera al cuerpo del muchacho de una manera impresionante.
–Lo único que pasa es que tengo el pelo corto –susurró Xiel al girarse de nuevo, haciendo una mueca que sonrojó a la mujer.
–No... Así estás perfecto... Eres precioso...
Xiel había sonreído con timidez al principio, era la primera vez que se sentía bien con un vestido, allí nadie podría hacerle daño por ser una mujer y nadie lo comprobaría realmente.
Después de las primeras impresiones, Ginna, había preparado una bandeja con lo que su niño convertido en bello cisne debería llevar a Nash, sabía que este se iba a alegrar. Tras darle la bandeja y comprobar que ni siquiera tenía que pellizcar las mejillas del joven gracias a su sonrojo natural le había indicado donde estaba la habitación del señorito y le había dado la buena suerte una vez se había internado en el pasillo interior de la casa, dejándole solo y desprotegidos.

***

Por suerte el equilibrio de Xiel no se vio alterado por el vestido. Caminaba con gracia por los largos pasillos de la casa, admiraba los cuadros y telas que cubrían algunas paredes a modo de decoración. Tenía que recordar que ser una criada le obligaba a hablar y actuar de otra forma, solo debía darle la bandeja a Nash y todo iría bien, saldría ileso.
Tras una buena caminata encontró la puerta que había nombrado Ginna. Llamó un par de veces pero el silencio le devolvió la respuesta. Impaciente recordó que la cocinera le había indicado que entrara, que no le iba a pasar nada si no mostraba que era Xiel en realidad. Él abrió la puerta y se asomó ligeramente mientras tocaba un par de veces más con insistencia.
El cuenco con sopa casi se derrama cuando Xiel vio a Nash, pero este no miraba en su misma dirección. El joven muchacho que había tratado tan mal el día anterior a Xiel miraba al exterior, sentado en una silla al lado de la ventana. Aun llevaba puesta la ropa de cama y los cordones que sujetaban el cuello estaban sueltos dejando ver su piel blanca relucir por el poco sol que entraba. Pero no solo esto sorprendió a Xiel, en la mano de Nash había un cigarrillo encendido que se llevaba a los labios aspirando y luego soltando una nube de humo blanco sin inmutarse.
En ese momento Xiel dio un traspié con la alfombra e hizo sonar los cubiertos sobre la bandeja. Nash se giró soltando el humo del cigarrillo y entornó los ojos buscando a la culpable del ruido. Sin embargo, sólo logró ver a una chiquilla borrosa. Se puso en pie y aplastó el cigarrillo sobre la superficie de madera que utilizaba para dejar la ceniza mientras el papel y el tabaco se consumía poco a poco entre sus labios. Lentamente se acercó a Xiel, este no se había movido cuando observó que se acercaba, sus piernas se habían quedado clavadas al suelo mientras observaba como la camisa se abría ligeramente en el cuello a falta de sujeción. Segundos más tarde tenía la mano de Nash sobre el mentón y sus ojos intentaban meterse en su interior, pero Xiel pudo ver las sombras grises en los ojos de Nash, como se intentaba esforzar por buscar los detalles de su cara como si jamás se hubieran visto a pesar de haberlo hecho.
–¿Quién eres tú? –quiso saber el muchacho evaluándole.
–Soy una sobrina lejana de Ginna –respondió Xiel conteniendo el aliento–, me llamo Ciara... Mi tía me ha pedido que te traiga la comida porque informa que no ha comido nada desde la cena del día anterior.
El muchacho siguió mirándola con intensidad, se había fijado en los movimientos de su boca, en los ojos castaños de Xiel mientras él aguantaba la respiración intentando mantener la calma en esa situación tan precaria para él. Cuando le soltó su alivio no se manifestó, en cambio la inquietud y necesidad se adueñaron de las células de su piel que reclamaban el contacto eléctrico de Nash unos segundos más. Cuando el muchacho se alejó lo suficiente su concentración volvió a la normalidad y dejó la bandeja sobre la mesa intentando no volcar su contenido.
–Te la puedes llevar –informó Nash–. No quiero comer.
–Pero Ginna ha dicho que no has comido replicó Xiel girándose para mirarle a los ojos–. Todos necesitamos comer para seguir adelante.
Los ojos de Nash relucieron con un brillo opaco y verde apagado, Xiel nunca los había visto así, ni siquiera el día que le adoptaron y pensó que ya había visto el dolor en los ojos verdes de ese joven. Pero se estaba equivocando, no había visto nada real ese día, salvo en ese momento cuando una mirada perdida atrajo a la de Xiel. En ese segundo supo que Nash tenía sufrimiento en su mirada y que lo escondía tras una puerta en la que no había dejado entrar a nadie, tampoco a Xiel si no hubiera sido por su disfraz de criada.
–¿Y si yo no quiero seguir hacia delante? –preguntó Nash al cabo de unos segundos–. ¿Y si una persona sabe que va a perder todo, incluso lo más preciado para ella, con el tiempo?
–Nacemos para morir, señorito Nash –respondió en desgana Xiel. Dio un paso hacia delante, pero vio como su interlocutor se alejaba otro tanto y se mantuvo quieto para no aumentar el abismo que les separaba–. Es la ley. Nuestra vida dura la que dure sin que nosotros podamos hacer nada. Al final el dinero, las fortunas, las tierras o una mujer no le harán feliz por más tiempo del que puedan durar también.
Nash mostró un atisbo de sonrisa, pero apenas duró unos segundos cuando Xiel pudo ver como se miraba la mano con intensidad. Era como si buscara lunares invisibles en una piel blanca y con rozaduras por las riendas de los caballos. Pudo ver como una tortura invadía la mirada se Nash a cada segundo que pasaba, incluso preocupándose.
–¿Crees que porque sea rico el dinero es lo que más me importa? –preguntó al rato Nash.
Xiel así lo pensaba, mirando la habitación, la comida, las ropas que poseía... Creía que ser rico le hacía mimado y egoísta, pero no se esperaba esas palabras saliendo de la boca de Nash sin ninguna felicidad. El muchacho se acercó a su señor y esta vez se pudo acercar lo suficiente como para ver lo que mirada, entonces se llevó una mano a la boca por la sorpresa y tristeza.
–Lo siento, señorito Nash. No era mi intención...
Durante unos segundo Nash había cerrado los ojos y había respirado profundamente antes de abrirlos y observar la cara borrosa de Xiel, que para él era Ciara. Le resultaba familiar pero en su estado no podía comprender cuánto en realidad. Dejó caer las manos y sacudió la cabeza soltando el aire que albergaban en sus pulmones.
–Nadie tiene la intención nunca –respondió este negando–. Tú no informes a nadie de lo que has visto y no haré que te echen.
Xiel hizo una mueca porque si mandaban echar a Ciara la única perjudicada sería Ginna al ser la tía de esa chica imaginaria.
–¿Puedo preguntar cómo le pasó? –dijo Xiel encontrando parte de curiosidad en el rencor y la preocupación que tenía hacia esa persona.
–¿No lo estás haciendo ya? –preguntó a su vez Nash.
–Tal vez sí...
–Un problema en la sangre y una mala caída del caballo –respondió el joven encogiéndose de hombros.
Xiel volvió a mirar su cara, sus ojos opacos y el resto de esperanza que le quedaba en ellos. No lo entendía, no podía creer que tras esa experiencia y lo que había sufrido siguiese montando sin importarle.
–¿Por qué monta a caballo aun si fue justamente eso lo que provocó su problema? –se atrevió a preguntar Xiel.
Nash sonrió mirando sus ojos castaños.
–Me hace sentir libre.

***
Una fina línea blanca iluminaba el cielo nocturno junto a las estrellas. Xiel estaba tumbado sobre las briznas de hierbas mientras absorbía de su preciada luna los rayos que empezaban a crecer de nuevo. Hacía viento y movía el agua de la orilla, sus ojos seguían recordando la conversación de esa mañana con Nash.
–Libertad –se dijo para sí mismo–. Todos queremos conseguirla... ¿Eres tú mi libertad, querido cuerpo que ilumina mis noches en vela?